viernes, 26 de noviembre de 2010

El Campus Electrónico


Las redes, además de proporcionar variadas posibilidades comunicativas, configuran nuevos sistemas de enseñanza ya que no solo inciden en los aspectos tecnológicos, sino que afectan tanto a los sujetos del proceso de aprendizaje, como a la organización.

Las coordenadas espacio-temporales, por ejemplo, en las que se desarrollan las experiencias de enseñanza-aprendizaje a través de las telecomunicaciones tienen poco -y cada vez menos- que ver con las que se han manejado en los sistemas tradicionales de enseñanza. Para designarlas ha surgido el concepto de "ciberespacio", un universo paralelo creado y sustentado por el mundo de los ordenadores y las líneas de comunicación al que se accede mediante cualquier ordenador conectado al sistema desde cualquier lugar y que permite enlazar con cualquier otro punto (Benedikt, 1992). O como lo denomina Mitchell (1995) 'bitesfera'.

Se trata de una geografía mental común, de un territorio hormigueante de datos y configuraciones y que en palabras de Martínez (1994) se nos presenta como el instrumento conceptual que nos permite definir el 'lugar' en el que se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje, independientemente del lugar físico que ocupen cada uno de los sujetos y medios implicados en el proceso.



La creación de un ciberespacio educativo para la educación superior, que anula las barreras del espacio físico, permite la aparición de nuevos "lugares" educativos y de nuevas relaciones de enseñanza suele abordarse bajo conceptos como campus virtual, aula virtual, campus en línea, clase electrónica, campus electrónico....

Conceptos que vienen a plasmar en el ámbito de la 'aldea global' de McLuhan, lo que los utópicos de la desescolarización llamaron el 'aula sin muros', y que muchas de sus características, salvando las distancias, parecen concretarse en los sistemas de enseñanza organizados alrededor de las redes interactivas de telecomunicaciones.
Estas están siendo utilizadas de muy diversas maneras (Harasaim, Hiltz, Teles y Turoff, 1995): Lo mismo se utilizan para enlazar aulas de diferentes lugares - se comparten información y recursos, y se potencian proyectos comunes e interacción social como ocurre p.e. en los llamados círculos de aprendizaje (Riel, 1993)-, o bien como sistema de distribución de cursos on-line -en sustitución de las clases para alumnos de una misma institución (clase virtual)-, o en experiencias de educación a distancia -facilitando la comunicación entre tutor y estudiante, el aprendizaje colaborativo, proyectos de grupo y discusión entre estudiantes-, y también utilizados en redes de conocimiento que usan enlaces electrónicos entre diferentes comunidades de enseñanza y aprendizaje para facilitar la adquisición de información y la construcción de conocimiento que representa una activa forma de aprendizaje informal e intercambio de información.

Un campus electrónico se caracteriza por la utilización de variadas tecnologías de la comunicación para lograr entornos de aprendizaje efectivos y la interacción de estudiantes y profesores (Kurshan, 1991). Los cambios respecto a las situaciones tradicionales no solo se dan en relación al contexto de la enseñanza, sino también en relación al contenido, y suponen además un cambio de perspectiva tanto por parte del alumno, como del profesor.

Dos objetivos se plantean a un sistema de este tipo (Hiltz, 1992):
·         La mejora del acceso a experiencias educativas permitiendo a estudiantes e instructores participar en comunidades de aprendizaje remoto en tiempos y lugares adecuados. Para ello, se utilizan ordenadores personales en el hogar, en el campus o en el trabajo.
·         La mejora de la calidad y efectividad de educación utilizando el ordenador para apoyar procesos de aprendizaje colaborativo, entendido el aprendizaje colaborativo como aquel proceso de aprendizaje que hace hincapié en los esfuerzos cooperativos o de grupo entre el profesorado y los estudiantes, y que requiere participación activa e interacción por parte de ambos, profesores y alumnos.

En definitiva, el acceso desde una estación de trabajo multimedia a las distintas redes puede proporcionar un entorno de comunicación -sincrónica y asincrónica- multidireccional, un espacio -un ciberespacio- que puede reforzar la colaboración e interacción y que simula, y quizá mejora, la clase convencional. En este contexto encontramos nuevos desafíos a la colaboración educativa mediada, tales como la necesidad de reformular el diseño del curriculum y los métodos de enseñanza usados, el entrenamiento de profesores y estudiantes, la determinación de la viabilidad y perdurabilidad de las tecnologías de telecomunicación, etc.. (Harasim, 1993).

El ámbito de aprendizaje, pues, varía. Las tradicionales instituciones de enseñanza pasan a constituir simples nodos de un entramado de redes entre las que el alumno-usuario se mueve en unas coordenadas más flexibles y que hemos denominado ciberespacio. Los cambios en estas coordenadas espaciotemporales traen consigo la aparición de nuevas organizaciones de enseñanza que se articulan por una parte en uno o varios centros de aprendizaje para configurar el llamado campus electrónico, y por otra se constituyen como consorcios o redes de instituciones. En ambos casos los sistemas de enseñanza se caracterizan por la modularidad y la interconexión y tienden a un incremento en el acceso y en la calidad de la educación.

MAECHA E., Danis Roberto Y CARVAJAL, Henry. Módulo Sociedad del Conocimiento. Universidad Nacional Abierta y a Distancia. Bogota, 2009. Pág. 71ss

No hay comentarios:

Publicar un comentario